Para materializar el proyecto con el fin de reunir capital necesario, fueron adquiridos los solares al sur de la Iglesia Mayor, próximos a la ribera norte del río Yayabo, constituidos por tres parcelas. El terreno adquirido con una extensión de 1 050 varas planas dejó libre la obra a los encargados para emprender los trabajos de edificación.
La dirección de la misma fue confiada al maestro Blas Cabrera (segundo de Valverde en la construcción del puente) y la parte de la carpintería al maestro Aparicio. La madera para su construcción fue donada en parte por los hermanos Domingo y Blas Manuel Estrada Pina, quienes aportaron madera de cedro y redonda. Don Juan Viciado donó un cedro de grandes dimensiones que sirvió para la llave principal del edificio. El presbítero Gregorio Quintero ofreció una horconadura de quiebrahacha que fue tirada por 20 yuntas de bueyes desde un lugar situado a varias leguas.
No pasó mucho tiempo sin que este teatro, provisionalmente preparado, sirviera para dar funciones dramáticas y para la exhibición de espectáculos cuyo recaudo se destinaba al pago de trabajadores y materiales.
El 15 de julio de 1839, tras 11 meses de arduo trabajo que durara su edificación, fue inaugurado el que se convertiría con el decursar de los años en uno de los exponentes más significativos de nuestra etapa colonial, el Teatro Principal. Cabe señalar que su nombre inicialmente fue Teatro de Sancti Spíritus y que no es hasta el siglo XX en que toma el actual.
El estilo de su construcción es el neoclásico. Su fachada fue construida tratando de copiar la del teatro Tacón de La Habana.
A través de su más de siglo y medio de existencia nuestro añejoso teatro acogió un sinnúmero de las más prestigiosas figuras del mundo artístico tanto nacional como del extranjero, basta a manera de ejemplo que citemos solamente los nombres de Pignatlli, Suarne, Juventino Rosas (autor del Vals Sobre las Olas), Brindis de Salas, etc.
Pero no sólo fue un centro cultural, sino que sirvió como hospital de sangre, cuartel en los primeros años de la Guerra del 68, albergue de reconcentrados, centro de conspiración donde se reunían grupos de patriotas espirituanos que preparaban el camino hacia el 95, y por último, fue alojamiento de tropas.
Nuestro Teatro Principal tiene el honor de ser el más antiguo todavía en pie.
Fuente:
Archivo Histórico Provincial Mayor General Serafín Sánchez Valdivia
Colección Biblioteca.
Barrera Figueroa, Orlando. (1986). Sancti Spíritus: Sinopsis histórica. Santiago de Cuba: Editorial Oriente. p.68.
Echevarría Gómez, Manuel. (2004). Capítulo Las tres Joyas de La Villa. En Echevarría Gómez, Manuel. La otra mirada. La cultura espirituana en la prosa periodística. p.17-19. Sancti Spíritus: Ediciones Luminaria.