El ensayo del comercio electrónico
El comercio electrónico en Sancti Spíritus
Que el único esfuerzo para comprar sea revisar los productos en oferta y apurarse en dar clic antes que otros se adelanten o antes que se agote la mercancía, puede parecer utópico.
Que días después hasta la puerta de la casa le lleven la compra sin tener que estar parado horas y horas frente a una tienda puede sonar increíble. Pero no, desde que la novedad del comercio electrónico dejó de ser virtual para Sancti Spíritus, muchos espirituanos se han beneficiado con esta modalidad comercial que en días de coronavirus viene a ser la mejor estocada a las colas y un modo efectivo de aislarnos.
El inconveniente
El inconveniente tal vez sea el mismo que se repite on line y off line: la oferta que, por mucho que intente multiplicarse, no logra satisfacer la exponencial demanda. Tanto que puede tener disponibles ahora mismo pomos de champú, papel sanitario o pollo y agotarse antes de que usted pinche su envío.
Sucede y cierto es que a muchos les notifican entonces el mensaje de la imposibilidad de cumplirle el pedido. Incomoda, además, otro ardid de la insuficiencia de surtidos: compra realizada al parecer exitosamente, saldo descontado en Transfermóvil y luego, al cabo de 13 días de espera, la confirmación a modo de correo electrónico: su compra no procede porque no hay disponibilidad de productos; se le devolverá el dinero.
¿Y usted que supuestamente contaba con los dos pomos de aceite virtualmente comprados? ¿Y la espera en vano? ¿Y el reclamo infructuoso por una mercancía existente a la hora de comprarla y carente al momento de llevarla? ¿Y la protección al cliente dónde queda?
Sucede y cierto es que a muchos les notifican entonces el mensaje de la imposibilidad de cumplirle el pedido. Incomoda, además, otro ardid de la insuficiencia de surtidos: compra realizada al parecer exitosamente, saldo descontado en Transfermóvil y luego, al cabo de 13 días de espera, la confirmación a modo de correo electrónico: su compra no procede porque no hay disponibilidad de productos; se le devolverá el dinero.
¿Y usted que supuestamente contaba con los dos pomos de aceite virtualmente comprados? ¿Y la espera en vano? ¿Y el reclamo infructuoso por una mercancía existente a la hora de comprarla y carente al momento de llevarla? ¿Y la protección al cliente dónde queda?
Las inquietudes
Al pulsar las inquietudes de los espirituanos varios daban clic también en otras insatisfacciones como lo efímero de la oferta; las veces en que inicialmente no se podía acceder a la página por probables congestiones en la red; lo insuficiente que resulta tener una sola tienda virtual -Tienda Habana- para toda la provincia; las demoras durante las recogidas en la tienda…
Si bien es una realidad que los pedidos a casa han ido ganando en agilidad; sobre todo, con la incorporación de Correos de Cuba para prestar este servicio, quienes apuestan por recoger los artículos personalmente han caído, a veces, en la encerrona de las colas.
Será porque esta modalidad tropieza de frente con la pluralidad de solicitudes y la individualidad de entregas. Será que aún falta por engrasar mecanismos para que la recogida sea tan ágil como lo puede ser el dar un clic.
Si bien es una realidad que los pedidos a casa han ido ganando en agilidad; sobre todo, con la incorporación de Correos de Cuba para prestar este servicio, quienes apuestan por recoger los artículos personalmente han caído, a veces, en la encerrona de las colas.
Será porque esta modalidad tropieza de frente con la pluralidad de solicitudes y la individualidad de entregas. Será que aún falta por engrasar mecanismos para que la recogida sea tan ágil como lo puede ser el dar un clic.
Repensar el comercio electrónico
Hay otros aspectos que repensar, se sabe. Lo de concentrar la mayor cantidad de mercancía en una sola tienda puede tener sus ventajas; mas, también sus desaciertos: implica el movimiento de personas de todos los municipios hasta la cabecera provincial o, por el contrario, pone contra la pared los mecanismos de distribución para poder llevarle al cliente su orden hasta la casa.
Pero en este estreno del comercio electrónico al que asistimos ya se advierten algunas mejoras. En días pasados en esta propia emisora Kenier Aguiar Ramos, director de la Cadena Tiendas Caribe, anunciaba la novedad: la apertura de dos nuevos establecimientos para las compras virtuales: uno destinado a los productos en Moneda Libremente Convertible -que se hará solo desde el exterior- y otro, en pesos cubanos.
Y pueden ser sin dudas otras opciones para descongestionar el tumulto de pedidos que hoy recae en un solo establecimiento.
Pero en este estreno del comercio electrónico al que asistimos ya se advierten algunas mejoras. En días pasados en esta propia emisora Kenier Aguiar Ramos, director de la Cadena Tiendas Caribe, anunciaba la novedad: la apertura de dos nuevos establecimientos para las compras virtuales: uno destinado a los productos en Moneda Libremente Convertible -que se hará solo desde el exterior- y otro, en pesos cubanos.
Y pueden ser sin dudas otras opciones para descongestionar el tumulto de pedidos que hoy recae en un solo establecimiento.
El reto del comercio electrónico en Cuba
El reto estará en no cometer los mismos errores y en mantener la oferta pese a las exigencias de la demanda.
Si las compras on line están pensadas para aligerarle la vida a la gente, para que pueda comprar desde la comodidad del hogar lo que necesite, para abolir un tanto las colas; si son una prioridad también del gobierno cubano… no puede ser que los beneficios, en su mayoría, sigan siendo virtuales.
Habrá que "resetear" entonces varios desaciertos para que el comercio electrónico aquí pase de ser un mero ensayo y pueda tener, a la postre, un final feliz.
Si las compras on line están pensadas para aligerarle la vida a la gente, para que pueda comprar desde la comodidad del hogar lo que necesite, para abolir un tanto las colas; si son una prioridad también del gobierno cubano… no puede ser que los beneficios, en su mayoría, sigan siendo virtuales.
Habrá que "resetear" entonces varios desaciertos para que el comercio electrónico aquí pase de ser un mero ensayo y pueda tener, a la postre, un final feliz.
Por: Dayamis Sotolongo Rojas